El pasado 22 de abril la Conferencia General de la Iglesia Adventista del 7º Día convocó a todas sus iglesias a participar de este día de una forma muy especial. Un día en el que todas las personas deben ser conscientes de que en la sociedad existen personas que sufren alguna discapacidad, bien puede ser una ceguera, sordera, parálisis, autismo, algún síndrome o la misma soledad y pobreza. Las iglesias abrieron sus puertas para sensibilizar sobre estas situaciones.
Muchas iglesias adventistas, de diferentes países, han colaborado en esta actividad. Países como Brasil, España, Francia, Italia, México, o Venezuela, entre otros. Algunos líderes comparten su testimonio: “El sábado de necesidades especiales para nuestra Iglesia de Zaragoza ha sido un día de emociones compartidas, nunca te imaginas el alcance de un proyecto pero en manos del Señor se multiplican con creces. Niños, jóvenes, adultos, mayores, comprometidos en un mismo sentir en favor de las personas con discapacidad de las cuales, a través de dinámicas, poniéndonos en su lugar podemos aprender muchas cosas importantes, porque en lugar de construir barreras preferimos construir capacidades juntos de la mano de nuestro buen Dios”- decía Mayary Sánchez, de la Iglesia Torrero, Zaragoza.
“Este programa unió mucho más las iglesias, y fue una gran bendición porque han conocido que la discapacidad puede ser tanto física como mental o espiritual. En general ha sido una gran experiencia la cual repetiremos sin duda” – comentaba Dahiana Luzuriaga de la iglesia S/C de Tenerife).
El slogan enviado desde la Conferencia General dice así: ” Todos tienen talentos, todos son requeridos y valorados”. Para que esto sea una realidad en nuestras Iglesias debemos practicar estas tres palabras: para, escucha y aprende.
Todos los responsables de las diferentes uniones recibieron la información para celebrar ese día, con materiales, con presentaciones ya elaboradas para su divulgación. Materiales en inglés y en castellano.
Su finalidad….. abrir los ojos de los laicos para que vean la realidad de la persona que tienen al lado, sin prejuicios, y hacerles comprender que no todos pueden subir escaleras porque su silla de ruedas se lo impide; abrir la mente de las personas oyentes que no pueden escuchar a las personas Sordas protestar, una y otra vez, por el derecho de tener un intérprete de lengua de signos para poder atender a la palabra de Dios sin estar arrinconados o aislados como un grupo independiente.
Es necesario que la iglesia comprenda que la soledad, el abandono, no forma parte de la actitud que debemos tener como cristianos. Debemos concienciar para que abran los brazos, acepten y reciban a las familias que tienen a un hijo con autismo, con un sindrome de Tourette o de Down.
Todos somos personas, puede que ahora nos sintamos superiores por tener los cinco sentidos en perfecto estado, pero la peor discapacidad es la de un corazón que no sabe amar a los demás.
Esther Azón. HopeMedia / ANN España
Info y fotos: Taida Rivero. Directora del Ministerio de Sordos de la UAE.