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Cuando excavamos Laquis

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Recuperar el pasado nos habla del Dios del futuro.

La mañana estaba silenciosa.

15Las nubes cubrían el tell (1) al que habíamos trepado, pero pronto, los rayos de sol comenzaron a atravesar la neblina. En solo media hora, el sol transformaría una mañana agradable en un día caluroso y húmedo. En ese momento, sin embargo, el aire aún era fresco, y reinaba el silencio. En efecto, el personal y los voluntarios de la cuarta expedición a Laquis, provenientes de la Universidad Adventista Southern, en Tennessee (EE. UU.), escuchaban con atención los momentos devocionales antes de que las vigorosas excavaciones, las pesadas cargas, el tamizado cuidadoso y la meticulosa documentación transformaran el silencio de la mañana en otro día ocupado sobre el montículo.

¿Por qué excavamos?

NéstorLos adventistas siempre hemos estado interesados en la investigación arqueológica. En efecto, la mayoría de los estudiosos que trabajan con la arqueología del Antiguo Cercano Oriente (lo que incluye excavaciones en Israel, Jordania, Líbano, Siria, etc.) reconocen el destacado papel de los arqueólogos adventistas que trabajan en el campo. A partir de las excavaciones de la Universidad Andrews en Tell Hesbón (Jordania) en 1968, lideradas por Siegfried Horn, las excavaciones a cargo de arqueólogos e instituciones adventistas siempre han estado a la vanguardia de la investigación y tecnología arqueológicas. Desde sus comienzos, estos excavadores reconocieron la importancia de un enfoque multidisciplinario, y empezaron a mirar más allá de los restos, los artefactos y las piezas de cerámica. Esta cuidadosa integración de todo tipo de datos (incluidos los restos de huesos, flora y fauna, resultados de sondeos, etc.) sigue siendo la marca distintiva de los proyectos arqueológicos adventistas (2).

¿Por qué invertir fondos importantes en saber más del pasado?, puede preguntarse usted. En primer lugar, la arqueología bíblica se enfoca en las tierras de la Biblia durante los tiempos bíblicos. Aunque el término «arqueología bíblica» quizá ya no está en boga (la mayoría de los estudiosos ahora hablan de «arqueología del Antiguo Cercano Oriente» o «arqueología sirio-palestina», Yossi Garfinkel, uno de los tres codirectores de la expedición y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cree que «arqueología bíblica es el término más apropiado».

El énfasis sobre la realidad de la historia y los eventos bíblicos narrados en las Escrituras se fundamenta en una disciplina que constantemente busca iluminar el pasado distante. Daniella Hasel, una voluntaria adolescente, lo expresa en pocas palabras: «Vemos que la historia bíblica en sumamente real». Son personas reales, lugares reales, encuentros reales con un Dios que escogió un grupo de personas que vivió en una franja relativamente reducida de tierra de Asia y África, para hablar al mundo de la salvación y las respuestas a todos esos interrogantes que nos quitan el sueño.

Otro voluntario llamado Malcolm Douglas, que es pastor de una iglesia adventista de Arizona, lo resume muy bien: «La arqueología no comprueba la Biblia, pero ayuda a validar lo que creemos respecto de ella». En otras palabras, la arqueología no es solo una empresa científica. Parece conectarse con la misión de la iglesia, «dando nueva vida a la Palabra de Dios para su pueblo», destaca Martin Klingbeil, uno de los codirectores de la expedición y director asociado del Instituto de Arqueología de la Universidad Adventista Southern.

¿Por qué Laquis?

HR0A5557Tell Laquis es uno de los principales sitios de Israel, y cubre aproximadamente 12,5 hectáreas. De hecho, los arqueólogos nos dicen que en tamaño, era la segunda ciudad de Judá durante el período bíblico. Ubicada en Sefelá, una región meridional que conecta las llanuras costeras de Palestina con los terrenos más elevados que rodean a Jerusalén, fue un lugar muy importante durante el período de la monarquía israelita. El lugar fue identificado en 1929, y ha sido el foco de tres grandes excavaciones.

La cuarta expedición a Laquis se interesa particularmente en el primer período de Judá, luego de la monarquía de David y Salomón, un período sobre el cual se ha debatido acaloradamente durante los últimos veinte años (3). Como la tercera expedición a Laquis a cargo de un equipo arqueológico de la Universidad de Tel Aviv (Israel) en las décadas de 1970 y 1980 produjo una cronología revisada de Israel, los directores de la cuarta expedición sintieron que Laquis era la clave para clarificar esas importantes cuestiones cronológicas.

«Una de las razones para venir aquí –dice Michael Hasel, codirector de la expedición y director del Instituto Arqueológico de la Universidad Adventista Southern– es clarificar la datación de la Edad de Hierro, porque el sitio fue excavado cuando aún no existían métodos de datación de alta precisión». Aunque la mayoría de los excavadores se dedicó a los niveles superiores, los inferiores, donde se encuentran restos de la historia temprana de Judá, no habían sido expuestos de manera sistemática.

El momento más famoso de Laquis en la historia bíblica está documentado en relieves de un palacio asirio de Nínive. En el año 701 a.C., Laquis fue conquistada por el rey asirio Senaquerib, que tomó la ciudad altamente fortificada después de construir una imponente rampa de asedio que aún está visible. La historia es relatada en una gran serie de relieves que pueden verse en el Museo Británico de Londres, y también es mencionada en 2 Reyes 18:14, 17; 19:8; y en Isaías 36:2 y 37:8.

Casi 130 años después, las fuerzas babilónicas destruyeron la ciudad otra vez (Jer. 34:7), un acontecimiento mencionado en un ostracon, un fragmento de vasija con una inscripción en tinta, hallado durante la primera expedición a Laquis en la década de 1930. El texto menciona una serie de atalayas que en apariencia se comunicaban por fuego, y refleja la ansiedad que habrá sentido el pueblo que vivió bajo la última invasión babilónica. «Entonces se sabrá que estamos observando las señales [de fuego] de Laquis según el código que mi señor nos ha dado, porque no podemos ver a Azeka» (4). La última referencia bíblica a Laquis se encuentra en Nehemías 11:30, donde se describe un asentamiento judío de los que regresaron de Babilonia después del exilio.

Más allá de las fronteras

asirioLaquis nos recuerda la participación de Dios en la historia. Cuando las Escrituras nos dicen que Dios «despertó […] el espíritu de Ciro» (Esd. 1:1) para que su pueblo pudiera finalmente regresar a Jerusalén y reconstruir el templo y la ciudad, en realidad habla de la soberanía de Dios en la historia humana (5). En último término, Dios está en control y, en ocasiones, él «entrega» a Jerusalén en manos de Nabucodonosor (Dan. 1:2), lo que nos hace pensar en sus planes y propósitos. Dios ve más allá de las fronteras y líneas étnicas. Cuando necesita actuar, puede mandar a un Nabucodonosor o a un Ciro. Excavar Laquis también significa excavar en la historia divina. Vemos la realidad de la intervención divina manifestada en fragmentos de cerámica, muros y artefactos. Comenzamos a conectar los puntos históricos, culturales y religiosos, y a captar una vislumbre del cuadro completo.

La cuarta expedición a Laquis, sin embargo, no solo se interesa en la historia antigua y la participación divina en los asuntos humanos. También quiere afirmar la cooperación internacional, y busca fomentar la participación de los investigadores adventistas provenientes de instituciones ubicadas en contextos no occidentales.

Martin Klingbeil recuerda su primera excavación arqueológica en el Proyecto Llanuras de Madaba allá por 1998, cuando enseñaba en la Universidad Adventista de Bolivia. Una de las instituciones adventistas patrocinadoras le otorgó una beca y lo invitó a trabajar como supervisor de sección. «Fue una experiencia esclarecedora que me ayudó a mejorar mi enseñanza», recuerda. Al regresar con algunos objetos que habían sido liberados por el encargado de registros de la excavación, preparó una pequeña exhibición con sus estudiantes. «El entusiasmo de la comunidad al ver y tocar esos hallazgos tuvo un gran impacto y un poderoso efecto multiplicador».

Sobre la base de ese objetivo, la Univesidad Adventista Southern se esforzó por recolectar fondos para ayudar a que instituciones de otros continentes llegaran a ser miembros del consorcio. «Les brindamos un paquete viable», explica Klingbeil. En ese sentido, la cuarta expedición a Laquis también es una excavación pedagógica, porque permite que los voluntarios experimenten una amplia variedad de tareas asociadas con la investigación arqueológica. Asimismo, los temas diarios a cargo de profesores, y las excursiones de fin de semana a sitios importantes de Israel y Jordania, contribuyen con la experiencia del personal y los voluntarios.

Como resultado, los sesenta y dos integrantes del equipo de excavación 2014 en Laquis provenían de catorce países: Alemania, Argentina, Austria, Bolivia, Brasil, Canadá, Corea, España, Estados Unidos, Inglaterra, México, Perú , Sudáfrica y Venezuela.

Keldie Paroschi, una joven que estudia teología en la Universidad Adventista en San Pablo (Brasil), resume su experiencia: «Es divertido; implica mucho trabajo. Me entusiasma descubrir qué hay en esas historias enterradas que vamos descubriendo». Melissa Farrow, de Tennessee (EE. UU.), disfrutó en especial de los cultos y las excursiones que crean conexiones con Dios, el prójimo y las Escrituras.

Néstor Petruk, de la Universidad de Barcelona, disfrutó de cada día en la zona tomando notas y excavando, visitando y compartiendo con el resto de sus compañeros.

Michael Sokupa, profesor de Nuevo Testamento en el Colegio Superior Helderberg (Sudáfrica), apreció la combinación de arqueólogos experimentados con voluntarios. Cree que la función pedagógica de la expedición puede transformar los programas académicos en Sudáfrica. «En el futuro, esperamos contar con algunas asignaturas y hasta un programa que podamos ofrecer juntamente con Southern –dijo–. Acaso este sea el punto de partida para las instituciones del África, porque hasta el momento, ninguna institución adventista del continente posee ese tipo de programa».

Realmente asombroso

Otro caluroso día ha llegado a su fin. El silencio ha regresado a Tell Laquis. Una gloriosa puesta de sol baña la colina con tonos dorados y púrpuras. Los voluntarios y el personal de la expedición han terminado de lavar sus recipientes. Mañana será otro día de duro trabajo bajo un sol caluroso y, quizá, apasionantes descubrimientos. Mañana, en esta y muchas otras excavaciones de Israel y otros países se seguirá ahondando en lo profundo de la historia.

Al igual que hoy, mañana, los fragmentos y los restos arquitectónicos nos hablarán sobre personas reales que vivieron en un mundo real. Cherie Lynn Olson, recién graduada de Southern y una de las cuatro supervisoras de zona en Laquis, lo expresó bien: «Creo en la Biblia, y he pasado estudiándola toda la vida. Pero participar de esto le añade un nuevo nivel realmente asombroso al estudio. Ahora puedo hablar de cosas que realmente vi. No se puede expresar con palabras el efecto que eso ha tenido sobre mí».

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Gerald A. Klingbeil es editor asociado de ADVENTIST WORLD y un entusiasta excavador del pasado; junto con su esposa Chantal, disfrutaron de una semana memorable con el equipo de la cuarta expedición a Laquis en julio pasado.

NOTAS:

(1) El tell es un montículo artificial que se acumuló durante muchos siglos de habitación humana, en períodos de ocupación al que siguieron otros de abandono.
(2) Estos proyectos incluyen continuar con el Proyecto Llanuras de Madaba en Jordania (que abarca Tell Hesbón, Tell ’Umayri y Tell Jalul, y es apoyado por la Universidad Andrews y la Universidad de La Sierra, junto con otras instituciones adventistas), la excavación en Khirbet al-’Balul, en Moab, a cargo de la Universidad Adventista Friedensau (Alemania), así como trabajos anteriores de la Universidad Adventista Southern, en cooperación con la Universidad Hebrea de Jerusalén en Tel Hazor (entre 2003 y 2007), y Khirbet Qeiyafa (Israel; entre 2007 y 2013).
(3) Se puede leer más sobre esta controversia en Michael G. Hasel, «Another Battle Over David and Goliath», Adventist Review, 25 de febrero de 2010, pp. 18-21.
(4)  Dennis Pardee, «Lachish Ostraca», en Context of Scripture: Archival Documents From the Biblical World, ed. por William W. Hallo (Leiden: Brill, 2002), t. 3, p. 82.
(5) El motivo de que Dios «despierta» o «mueve» a personas, incluidos los líderes, es un punto importante de la teología bíblica. Isaías 41:2, 25 y Jeremías 51:1, 11 emplean el mismo término hebreo para referirse a Ciro, el futuro conquistador de Babilonia, que es nombrado inclusive en Isaías 44:28; 45:1.

Fuente: Gerard A. Klingbeil, Adventist Review


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